
Papel albuminado
El papel albuminado fue uno de los primeros materiales empleados para la impresión de positivos, y en 1839 Louis Blanquart-Evrard intenta fabricarlo retomando el proceso de elaboración de negativos de cristal de Niépce de St. Victor, cuyo sustrato era albúmina sensibilizada con sales de plata.
De esta manera, Louis lleva a cabo experimentos con este tipo de coloide y lo aplica sobre hojas de papel, mejorando el resultado de los calotipos de Henry Fox Talbot, para posteriormente realizar impresiones fotográficas y presentar sus resultados a la Academia Francesa de Ciencias (mayo 27 de 1850).
No obstante, su uso fue disminuyendo debido a que los fotógrafos profesionales -únicos que lo usaban- obtenían mejores resultados con los papeles emulsionados para impresión directa (colodión o gelatina).